Mi vida se complica, y he descubierto que las vacaciones suelen ser más cansadas que la rutina. Terminé el master el día 30 de abril, de ahi vino mi mejor amiga para que viajaramos... fuimos a Londres y a Barcelona, ya de regreso en Madrid, vinieron mis padres para vacacionar ver a mi hermano y ayudarme en la mudanza. Con ellos fuí a Galicia y ahora a Santander. Aún quedan días para mi regreso a México, ya lo necesito... extraño muchas cosas, tal vez también extrañaré Madrid.
Y la ausencia del blog y del ciberespacio, tienen un por que, aunque necesito ponerme al día con muchos blogs.
Pero bueno, sigo aqui...
viernes, 30 de mayo de 2008
domingo, 11 de mayo de 2008
11 mayo 2005
Desperté temprano, tenía que volver al pueblo cafetalero donde trabajaba. Eran mas mis ganas de abrazar a mi madre el 10 de mayo, que tener que manejar 3 horas a las 5 de la mañana para llegar a tiempo. No iba muy rápido cuando decidí rebasar a una camioneta cargada de abastos, el chofer manejaba extraño, pero no pensé que se quedaría dormido cuando yo pasaba tan cerca de él, estuvo a punto de aventarme a la cuneta que separa ambos carriles y lo único que podía hacer era acelerar para no chocar de frente con los que venían en sentido contrario, solo que despertó dio el volantazo cuando ya me había metido al otro carril de baja velocidad y alcanzo a golpearme por atrás hasta lanzarme a un barranco. Mi coche dio dos vueltas antes de detenerse, yo solo vi mucho humo y pensaba que debía mantener lo más recto posible el volante para no fracturarme los brazos o las manos… si esto pasaba no podría operar más.
El auto fue perdida total, y estuve internada varios días por edema cerebral y fracturas costales.
Nunca he visto a mis papas tan asustados, no quiero volver a verlos así.
En un mes no salí a la calle, tenia miedo y mucho dolor. Dos experiencias prácticamente nuevas en mi vida.
Ahora se que tengo otra oportunidad. Han pasado ya tres años y aún me duelen las costillas como recordatorio de que lo viví.
El auto fue perdida total, y estuve internada varios días por edema cerebral y fracturas costales.
Nunca he visto a mis papas tan asustados, no quiero volver a verlos así.
En un mes no salí a la calle, tenia miedo y mucho dolor. Dos experiencias prácticamente nuevas en mi vida.
Ahora se que tengo otra oportunidad. Han pasado ya tres años y aún me duelen las costillas como recordatorio de que lo viví.
miércoles, 7 de mayo de 2008
Extrañandome
Estoy donde no se supone que deba estar. Me siento en paz, ha sonado el timbre de la puerta dos veces, el teléfono otras tantas… y yo sigo sin contestar… no era para mi, nadie sabe donde estoy, a veces ni yo misma. Estoy como en un juego de escondidillas, solo que a mi nadie me esta buscando… a nadie le interesa mi ubicación.
Veo desde la ventana a un viejo cortarse las uñas, esa ha sido mi diversión matutina juego a ver hasta donde saltan sus uñas, o si se corta un dedo por el parkinson que domina y hace que sea peligrosa una sencilla actividad. La vejez es horrorosa, pero a mi él no me ve… ni me siente, no me conoce, no sabe que lo observo.
Las horas pasan lentas y yo no me puedo mover, no quiero moverme, no quiero salir de estas paredes que se han vuelto mi refugio y mi cárcel. Un hogar con vida propia cuando le prestas atención… se escuchar el crujir de la duela, la gotera del baño, el gato en el patio, el calentador que ha dejado de funcionar. Así pasan lentas las horas, el señor de la ventana esta listo para salir… paso su ritual de la mañana y ahora puede continuar con su actividad, tal vez le espere un café caliente que yo no puedo disfrutar.
Yo sigo pegada a la ventana, esperándote para verte llegar, mientras sigo quemando el tiempo que no siento pasar, ya no envejezco, ya no me puedo enfermar, aquí estoy segura.
Te daré un beso cuando vuelvas, que sentirás con el sabor de la asfixia de la soledad, iras con los pies cansados desanudándote la corbata, veras nuestro lecho y no podrás evitar otra vez la opresión de tu pecho, soy yo abrazándote, pero tu solo me sientes traducido en dolor, y yo no me podré ir hasta que no me dejes de extrañar. Hasta que no me liberes de tu mente.
Veo desde la ventana a un viejo cortarse las uñas, esa ha sido mi diversión matutina juego a ver hasta donde saltan sus uñas, o si se corta un dedo por el parkinson que domina y hace que sea peligrosa una sencilla actividad. La vejez es horrorosa, pero a mi él no me ve… ni me siente, no me conoce, no sabe que lo observo.
Las horas pasan lentas y yo no me puedo mover, no quiero moverme, no quiero salir de estas paredes que se han vuelto mi refugio y mi cárcel. Un hogar con vida propia cuando le prestas atención… se escuchar el crujir de la duela, la gotera del baño, el gato en el patio, el calentador que ha dejado de funcionar. Así pasan lentas las horas, el señor de la ventana esta listo para salir… paso su ritual de la mañana y ahora puede continuar con su actividad, tal vez le espere un café caliente que yo no puedo disfrutar.
Yo sigo pegada a la ventana, esperándote para verte llegar, mientras sigo quemando el tiempo que no siento pasar, ya no envejezco, ya no me puedo enfermar, aquí estoy segura.
Te daré un beso cuando vuelvas, que sentirás con el sabor de la asfixia de la soledad, iras con los pies cansados desanudándote la corbata, veras nuestro lecho y no podrás evitar otra vez la opresión de tu pecho, soy yo abrazándote, pero tu solo me sientes traducido en dolor, y yo no me podré ir hasta que no me dejes de extrañar. Hasta que no me liberes de tu mente.
lunes, 5 de mayo de 2008
Neruda a media calle...
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